Las leyendas urbanas no son más que historias que se han repetido tanto o que se han extendido a tal velocidad que han conseguido instalarse en las mentes de las personas como si fueran verdad.
Tal es el modo de manipulación que algunas personas las verificarán apostando por ellas al 100%.
Aquí vamos a ver algunas leyendas urbanas de las más importantes:
Coca Cola: Sobre la Coca Cola hemos encontrado todo tipo de “leyendas urbanas” muy sorprendentes. La más destacada es aquella que nos dice que la propia fórmula esta creada a partir de coca (droga); otros medios aseguraron que también se creaba a partir de ratas.
Esto último, aunque no fue del todo verdad, sí que es cierto que se encontraron 45 casos de ratones que han sido envasados en botellas.
Ricky Martín y la mermelada: Todo un clásico. Se supone que ocurrió en el programa “Sorpresa, Sorpresa”. Ricky Martin se escondería en el cuarto de una adolescente para darle una sorpresa.
Mientras esperaba, la chica cogería mermelada y se la untaría en sus partes nobles para que su perro se las lamiera. Esto se emitiría en riguroso directo por lo que sería imposible de cortar.
Lo curioso de esta historia es que te encontrarás personas que aseguran haber visto el vídeo y que realmente sí que existió. Sin embargo, es completamente falso: no sabemos cómo se consiguió extender con tanta rapidez pero no tiene nada de verdad.
Famosos en la carretera: Otro de los clásicos. Estamos circulando en una carretera oscura y nuestro coche se avería. No tenemos teléfono para poder contactar con el taller ni ninguna otra forma de hacerlo… en ese momento aparece una moto de gran cilindrada y desvelándonos a un motorista con un enorme casco que tapa su identidad.
Cuando se lo quita descubrimos que es el rey o, mejor directo, al que era rey. En EEUU está este personaje era sustituido por Elvis Presley.
Pegatinas y drogas: Si no has escuchado esta leyenda cuando ibas al colegio/instituto es que no has tenido infancia. La historia nos cuenta que algunos desaprensivos reparten calcomanías en las puertas de estos centros. Son de personajes animados que gustan a los jóvenes por lo que no tardan en ponérselas en el cuerpo.
Sin embargo, están impregnadas de LSD o de alguna droga. La idea es volverlos adictivos para que empiecen a consumir.
Esto, de entrada, es absurdo ya que el cuerpo no puede absorberla de esta manera.
3 leyendas urbanas muy conocidas.