3.000 años de historia del Oráculo i-ching
El oráculo I-Ching hunde sus raíces en la tradición milenaria de la filosofía de Confucio. Es un método de conocimiento antes que técnica adivinatoria. Cuenta con una mecánica muy precisa y sus respuestas son siempre concretas.
Atrae de su práctica que produzca siempre un resultado contrastable, y que se relacione con los conceptos orientales del ying y el yang. Es también un método de meditación mística pues se exige la mente limpia de influencias externas o internas.
Se busca la visión directa de la realidad por medio de un procedimiento simple pero efectivo. El objetivo es describir en hexagramas las fuerzas del ying y el yang. Como es lógico en algo con una historia tan dilatada se han producido algunos cambios pero en esencia ha permanecido inalterable.
Todo es cambio, nada permanece
Ha ayudado para mantener el ejercicio del oráculo I-Ching los pocos medios precisos para practicar. Tres monedas son suficientes. A una de las caras se le atribuye el valor de 2 y a la otra el de 3. La suma correspondiente a los valores de las tres monedas (el mínimo sería 6 y el máximo 9) se va apuntado en una columna de abajo hacia arriba.
Al valor par o impar de cada cifra se le hace corresponder un valor ying o yang. En 6 tiradas de las 3 monedas se dibuja así un hexagrama con un significado muy preciso que puede consultar en un libro. La respuesta no está, pues, sujeta a interpretaciones aunque su aplicación a la vida personal ya depende de cada prácticamente.
Símbolos, cálculos y leyes
La simplicidad que muestra en la realización del oráculo I-Ching no debe hacer olvidar el trasfondo filosófico que lo envuelve. Vinculado al libro de igual nombre que podría traducirse como “Libro de los cambios” ha atraído a gente de muchas culturas.
Los símbolos, los cálculos y las leyes naturales que se involucran en todo el desarrollo han interesado por igual a científicos que al gran público. La realidad descrita como una aglomeración de elementos homólogos (los hexagramas) lo aproximan a los avances de la física cuántica.
El fundamento de todo es descrito como un continuo cambio y la no existencia de esencia inalterable y permanente.
El oráculo I-Ching hace confluir una filosofía profunda y antigua con las especulaciones que se derivan de las teorías cosmológicas más modernas. Hace de la verdad asumida por el esoterismo: todo el conocimiento humano confluye en la filosofía perenne. Por muy distintos que hayan sido los caminos recorridos para alcanzarla.