Los sentidos son la puerta de nuestro mundo, videncia
Gracias a los sentidos nos podemos sumergir en lo que se ha dado en llamar realidad. Es nuestro mundo, una mezcla de hechos y objetos ajenos a la propia conciencia y otros fabricados en la misma. En este estado heterogéneo y algo anárquico conformamos las estructuras básicas de la personalidad y por este motivo vamos a hablar de la videncia.
Pero la experiencia humana ha acumulado conocimientos de otras capacidades que trascienden las limitaciones de los sentidos. Éstas permiten ir un poco más allá de ese mundo compartido y limitado. Estamos hablando de las percepciones extrasensoriales y más particularmente de la videncia.
La videncia es una capacidad personal
Todos hemos sentido alguna vez una impresión premonitoria de algo que iría acontecer. Esta impresión cuando es repetida y confirmada por la experiencia conforma lo que se conoce como videncia o clarividencia.
Dar una explicación aun hipotética sobre las bases sobre las que se asienta esta capacidad es muy difícil. Desde la lógica es muy duro encontrar explicación razonada de que puede estar operando en este don. Simplemente tenemos que admitir que existe. En la vida personal de cualquiera hay pequeñas muestras de esta capacidad. Y en la historia están documentados acontecimientos que fueron anunciados antes de suceder sin razón lógica aparente.
Casos extraordinarios de videncia
Están registrados innumerables casos de “videncia” de desastres naturales y de guerras antes de que se hubieran producido. Tampoco se daban en el momento de anunciar esas premoniciones razones para que tuvieran una probabilidad alta. Simplemente eran posibilidades sin demasiadas probabilidades de convertirse en realidad. Pero sucedieron.
A este adelantamiento a los hechos en una mente especialmente dotada no se le encuentra razón lógica que la explique. Simplemente sucede así sin más. El clarividente muchas veces es incapaz de ofrecer una descripción completa de sus capacidades. Se producen de forma muchas veces aleatoria e independientemente de la voluntad del receptor de la premonición.
Las características de un auténtico vidente
En los videntes más reconocidos hay sin embargo constantes que se suelen dar en los casos que inspiran más seriedad. Son acciones desinteresadas, advierten de un peligro real aún no consumado, pueden dar una alternativa para evitar el peligro o no, el relato del anuncio tiene siempre elementos ambivalentes o interpretables.
Todas estas cualidades se escapan de las capacidades de análisis que la ciencia moderna ofrece. Para un físico lo que aún no se ha producido no puede ser anunciado por quien no ha llegado en la línea de tiempo a ese instante. Pero las múltiples situaciones vividas por mucha gente parecen contradecir ese principio de la ciencia positiva.
El estado actual de las investigaciones parapsicológicas
El análisis en laboratorio de videntes para asegurar que sus pronósticos tienen un grado de acierto inexplicable es lo más fácil de estos estudios. Las condiciones del experimento deben ser convenientemente controladas para que los datos estadísticos ofrecidos tengan garantías. De estos estudios se han hecho con resultados discutibles.
Por una parte, las condiciones de un laboratorio impiden un desarrollo normal de estas capacidades. Por otro, las estadísticas no arrojan datos que sorprendan especialmente a los especialistas.
Explicar mínimamente estos fenómenos con un razonamiento ajeno a creencias es lo más arduo. No se ha llegado a nada consistente hasta este momento. La frontera que marca el tiempo con los acontecimientos que se han de producir aún tiene muros muy altos que la defienden.
La vida de una persona dedicada a la clarividencia
Los temas de la clarividencia y similares siempre han estado un tanto apartados del mundo normal en el que vivimos por temor a caer víctimas de timos o engaños por parte de personas que realmente no se dedican a las artes de las que presumen.
En mi vida me he encontrado con infinidad de personas que cuando han sido conscientes de que nací con este don no han hecho más que cuestionar la veracidad de mis palabras y mis actos de los cuales, ni siquiera han podido presenciar.
En estos casos únicamente puedo decir que, en mi defensa, no se puede opinar de algo sobre lo que no se tiene verdadera constancia de si es real o no. Es lógico que la gran mayoría de personas no quieren entrar a comprobar si me dedico a ello de verdad por el temor a perder un dinero que no saben si va a estar bien invertido o no.
Dedicarse a la clarividencia, ¿Se nace o se hace?
En todos los casos en los que encontremos a alguien que diga dedicarse a este tema tendremos que tener en cuenta que, si esta persona es real, siempre se nace con el don.
Siempre habrá que desconfiar de quienes aseguren que pueden impartir un curso para dedicarse a ello o de quieren hagan creer a todas las personas que les pregunten que han sido formados para ello.
Un clarividente siempre será de nacimiento, el don siempre se lleva encima desde el primer momento y además puede aparecer de generación en generación, por lo que prácticamente nunca hay una sola persona en la familia que se dedique a ello.
También hay que tener en cuenta que en muchas familias donde haya una sola persona que haya nacido con el don, puede haber más personas que todavía no saben que lo tienen pero que más adelante puede desarrollarse.