Trabajando cómo vidente sin gabinete

Llevo trabajando en el mundo esotérico ya casi 5 años y tenía a mis espaldas un gran número de clientes que buscaban hablar conmigo con una frecuencia casi diaria. Sin embargo, un día vino nuestro jefe y nos dijo que teníamos que hacer recortes por falta de presupuesto y, cómo no podía ser de otra manera, me acabó tocar a mi pagar por los demás.

Lejos de hundirme, yo sabía que estaba hecha para triunfar en este mundo. Por esta razón decidí trabajar como vidente sin gabinete; dejar atrás al grupo de expertos y dedicarme a labrarme mi propio futuro individual.

 

Mi experiencia como vidente sin gabinete

El comienzo fue más duro de lo que esperaba; pensaba que mucho de los clientes se iban a venir a contratar mis servicios únicamente por mi presencia… sin embargo, la gran mayoría siguieron siendo fieles al servicio anterior.

Poco a poco empecé a contratar diferentes fórmulas de publicidad con el objetivo de consolidarme finalmente en el mercado. En unos 3-4 meses la situación empezó a cambiar y los beneficios no tardaron en venir.

En ese punto se me ocurrió que podía fundar mi propio gabinete… sin embargo, a pesar de que podía llegar a incrementar mis beneficios, las perdidas también podían llegar a ser muy elevadas, por lo que decidí seguir llevando el negocio por mí misma.

Fue una decisión acertada ya que en tan solo 8 meses había conseguido duplicar mis beneficios iniciales.

Ahora llevo uno de los negocios de vidente sin gabinete más conocidos a lo largo del mundo. Todo ello se lo debo a la vida quien, cuando creía estar en mi mejor momento, me dio un empujón hacia el vacío que yo fui capaz de aprovechar para poder volar todavía más alto.

vidente sin gabinete

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